La importancia de la lengua
Desde sus inicios Tolkien sintió una gran fascinación por el inglés antiguo y las lenguas del norte de Europa. La invencion de la lengua es la base de todo. Si quería crear una nueva palabra en la lengua, elegía un par de sílabas que le atrajeran y trabajaba en lo que esta palabra podía ser de verdad, y adivinaba los cambios de las voces ocurridos durante los tiempos, como sucede con todas las lenguas. Todo el mundo conoce el famoso libro "El Señor de los Anillos". Lo que no todo el mundo sabe es que para ello, Tolkien inventó unas lenguas que se hablarían en la Tierra Media, y un lugar para que sus conocidos personajes la habitaran. Las referencias lingüísticas (canciones, poemas, nombres de antiguos hombres y mujeres, elfos, seres y lugares) que al leer la obra de Tolkien, pasan ante los ojos del lector sin que les dé mas importancia que la hermosura de los nombres, pero esto no es suficiente para atraer al lector, que únicamente busca acción y aventura. Sin embargo, escondida detrás de todo ello, subyace una fantasía de un tipo mas profundo y completo, y su vastedad hace que descubrirla lleve al lector a través de un viaje tremendamente más largo y arduo que cualquier otra obra de ficción: el de descubrir unas culturas completas y definidas, y unos parajes inexistentes pero embriagadores. La llave de la puerta hacia toda esta ficción son las lenguas de Tolkien. No sin motivo se dice que Tolkien tiene en su haber el mérito de haber creado una mitología tan rica, creativa y creíble que correspondiera a varias generaciones de un pueblo real de la tierra al haberle dado forma. LA ESCRITURA RÚNICA Tolkien confeccionó tres sistemas rúnicos para la escritura de sus lenguas: Las Sarati, o las runas de Rúmil, sistema del que sólo se cuenta con un ejemplo, de difícil uso y extraordinaria belleza, y del que nunca podremos, desgraciadamente, saber usarlo mas allá de unas pocas frases. Las Cirth, o Angerthas, un sistema rúnico que primero Tolkien diseñó a partir de las antiguas runas germánicas y anglosajonas, el llamado Futhark vikingo. El parecido visual con las mismas es tremendamente obvio, y en "El Hobbit", libro para el cual fueron diseñadas, se muestra su primer estado de desarrollo en la mente de Tolkien. Este alfabeto, de trazos largos y firmes, estaba diseñado, al igual que el alfabeto vikingo, para su inscripción con cincel en lápidas, hitos, monumentos y madera. En cualquier caso, para el final de la escritura del Señor de los Anillos, Tolkien ya había perfeccionado dicho sistema y había dado con un alfabeto completo, con personalidad propia, mas alla de las runas germánicas, con más fonemas que alguno de nuestros alfabetos, y con un sistema de uso bien determinado, y del que incluso existen varias variantes, según su uso más antiguo por los elfos, su posterior evolución por los enanos, y el estado final evolucionado de dicho uso por los enanos. Contemplar cada uno de ellos, es contemplar una forma de escritura en sí misma. Finalmente, las Tengwar de Fëanor, el sistema runico más hermoso y extendido entre el pueblo de la Tierra Media, usado para escritura con pincel tanto por los elfos como por los enanos, e inventado por el elfo que determinaría gran parte del destino de su pueblo en el mundo. Para este alfabeto existen numerosos modos de uso, pues es un sitema fonético adaptable a cualquier lengua. Inicialmente Tolkien estableció su uso para el Quenya, el Sindarín, el Oestron (y el inglés actual), y la lengua oscura de Mordor (en dicho sistema se encuentra la inscripción del anillo de poder que todos conocen). Ademas existe una variante llamada "El modo de Beleriand", tal como se usaba en la región de dicho nombre en las primeras edades del mundo. Este alfabeto, sin duda hermoso en toda su concepción, consiste en un sistema de runas consonánticas que marcan los sonidos propiamente dichos, y de una serie de signos de puntuación (llamados Tehtar), que representan variantes a la pronunciación de dichas consonantes, y son las que nosotros llamamos vocales. Además admite un monton de taquigrafía, abreviaciones, y puntuaciones para pronunciaciones largas y cortas de los sonidos. En el sistema Beleriand, tal como hacemos nosotros hoy en día con nuestro alfabeto, se usan runas distintas para cada fonema, incluyendo las vocales. Como se puede apreciar tan solo esta labor es toda una proeza. DISTINTAS LENGUAS Sucede que Tolkien no inventó una lengua, sino muchas, pero desgraciadamente la documentación que hubiera podido guiarnos a traves de la mayoría no ha llegado a plasmarse en papel, y mucho menos de una forma estructurada que permita su estudio. Lo único con lo que contamos a partir de la obra del inventor, es una serie de glosarios de terminos, poemas, canciones, ejemplos, frases sueltas, nombres de personas, lugares y cosas. Las lenguas de Tolkien inmersas en toda la historia que rodea a la obra "El Señor de los Anillos", son variadas: tenemos el Quenya, la lengua de los altos elfos, los primeros nacidos al amanecer del mundo, relegada con el tiempo a una forma elfica elegante y elevada que semejaría nuestro uso del latín; y tenemos el Sindarin, la lengua de los elfos grises, que no vieron la luz en los rostros de los dioses, más extendida como lengua materna de los pueblos elficos, y sus variantes silvanas, relativas a los huidizos y menos iluminados elfos de los bosques. Tenemos el Khuzdul, la lengua secreta de los enanos, de la que solo se conocen un par de frases, y tenemos el Adunaico, la lengua de los reyes del Oeste, los padres de los padres de la raza de los que serían hombres como los actuales. Tenemos la lengua negra, la lengua de Mordor inventada por el señor oscuro Sauron para sus terribles seres, y de la que solo se tiene un ejemplo, si bien tremendamente famoso: la inscripción en el anillo unico de poder. Como ejemplo final tenemos el Oestrón, una forma de ingles antiguo, el idioma más cercano a las lenguas históricas reales, y que en la mitología de Tolkien hablan los pubelos mas parecidos a nosotros. El Quenya es una lengua basada en raíces semanticas sometibles a numerosas declinaciones y casos. Sus pronombres, adverbios, y demás, se encuentran reflejados, y las sintaxis de las frases y uso del lenguaje está tambien analizado y expuesto. La pronunciación de los fonemas y runas, los diptongos, etc, se encuentran escritos con sorprendete y gratificante detalle, y su forma hablada y escrita explicadas con pocas dudas. Las lenguas de Tolkien cuentan, además de nuestro propio sistema de escritura, con otros cuantos creados por Tolkien para plasmar en el papel, roca o madera, las palabras de dichas lenguas: las runas. Tolkien diseño varios sistemas de escritura rúnicos para escritura de estos lenguajes, todos ellos con sus propios fonemas, y estas escrituras varían en su concepción basica según su intención de uso para escribirlos con pluma, o bien marcarlos en objetos de metal, piedra o madera.
RELACIÓN CON EL CASTELLANO El Quenya, la alta lengua de los elfos de la mitología de Tolkien, nos hace reparar en ciertas características paralelas al castellano que nos hacen contemplarlo, si cabe, con mayor afinidad y aceptación. Tolkien, a pesar de ser un hablante de lengua inglesa, explica claramente en sus "Apéndices", como deben pronunciarse todas y cada una de las vocales y consonantes, dependiendo de como se leen sobre nuestro alfabeto tradicional. Es sorprendente proponerse pronunciar correctamente las palabras elficas, y darse cuenta de que, con pocas variaciones, se hace exactamente igual que en el castellano. Tolkien explica a todos los anglo parlantes, como deben pronunciar las vocales y consonantes, al detalle, y es en las vocales donde se aprecia que estas extensas explicaciones, están orientadas a hacer comprender a un ingles como debe pronunciar las vocales en castellano. También se aprecia que el Quenya es un lenguaje repleto de sonidos vocálicos, y en el que las palabras acostumbran a terminar en vocal con frecuencia, al contrario que en el idioma ingles. Sin duda a Tolkien el castellano le parecía un idioma agradable al oído. De igual modo, ciertas escrituras rúnicas y signos de puntuación obligan a intercalar sonidos consonánticos antes de otros, dando igualmente largas explicaciones sobre reglas tremendamente basicas en la escritura del castellano: antes de "p" y "b"siempre se intercala una "m", y antes de "t" o "d", siempre se intercala una "n", (la enumeración de la regla rúnica se resume sencillamente a esta regla castellana).
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