El Señor de los Anillos
 
"Tres anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en casas de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."
¿Como es el mundo de Tolkien?
La entretenida historia de Bilbo comienza en la Comarca, el tranquilo hogar de los despreocupados hobbits, donde todos los Bolsones viven cómodamente, tratando de evitar cualquier riesgo. Sin embargo, y aunque él mismo lo desconoce, Bilbo es un individuo muy especial. Tras unirse aun grupo formado por enanos sin hogar encabezada por el Rey Thorin Escudo de Roble y el Mago Gandalf el Gris, se encuentra inmerso en una expedición cuyo objetivo es recuperar un enorme tesoro. La compañía le lleva consigo con la esperanza de utilizar sus habilidades de saqueador. Embarcándose en una larga búsqueda a través de las tierras salvajes del noroeste de la Tierra Media. El grupo avanza hacia el este en dirección a Erebor, la Montaña Solitaria. Durante su viaje se encuentran con hambrientos trolls de piedra, gigantes juguetones, malvados orcos, enormes arañas y lobos salvajes. Cuando Bilbo se separa de sus compañeros bajo las Montañas Nubladas, tropieza con un anillo que cambiará su vida. También conoce a Gollum, un hobbit maldito y corrupto que ha perdido el mágico artefacto. Bilbo descubre que, cuando se lo pone, el anillo le vuelve invisible; utiliza el objeto para eludir a Gollum y reunirse con la expedición. El viaje lleva a la compañía a través del Bosque Negro. Desde allí marchan hacia la Montaña Solitaria, hogar de Smaug el Dragón de Fuego. Bilbo utiliza su anillo mágico para deslizarse dentro de las estancias de la criatura y sobrevive a un enfrentamiento con el terrible dragón. Perturbado su reposo, Smaug ataca la Ciudad del Lago, donde es muerto por Bardo, La muerte del dragón de fuego significa que su guarida puede ser reconquistada; sin embargo, un ejército combinado de orcos y lobos marcha contra Erebor. La compañía logra abrirse camino por la fuerza y salir de la Montaña Solitaria mientras la Batalla de los Cinco Ejércitos se desarrolla en la base de dicho pico. La historia llega a su clímax cuando los elfos, las águilas y los hombres del norte logran derrotar a las fuerzas de la Oscuridad.
A continuación, los enanos reclaman la Montaña Solitaria, que antaño fue una gran fortaleza enana. Bilbo vuelve a casa con su anillo, sin ser todavía consciente de su incalculable importancia. El Señor de los anillos esta formado por 3 libros : La Comunidad del Anillo, Las dos Torres y El retorno del Rey. La Comunidad del anillo La historia comienza en la primavera del año 3001 de la Tercera Edad, cuando Bilbo celebra su centésimo décimo primer cumpleaños. Entre los invitados se encuentran su pariente y heredero, Frodo Bolsón, y Gandalf el Mago. Podría parecer un encuentro fortuito, pero es durante la fiesta cuando Bilbo desaparece de la Comarca, dejando su anillo mágico a Frodo y dejando a Gandalf al cuidado de su inquieto sobrino. Diecisiete años más tarde, cuando los agentes de Sauron de Mordor registran todas las tierras en busca del Anillo, Gandalf revela la historia que hay detrás de la encantada reliquia que posee su protegido. Le explica que la baratija de Bilbo es en realidad el Anillo único Gobernante, creado por el Maligno para esclavizar a los Pueblos Libres. El corpulento amigo de Frodo, Samsagaz Gamyi, escucha el relato y, al igual que Frodo, queda destinado a embarcarse en una misión extremadamente peligrosa. La historia continúa narrando la huida de Frodo, Sam y otros dos hobbits: Meriadoc Brandigamo (Merry) y Peregrin Tuk (Pippin). Eludiendo a los Jinetes Negros -los Espectros del Anillo de Sauron-, atraviesan las encantadas Quebradas de los Túmulos y se refugian en el pueblo de Bree. Allí conocen a Aragorn, un Montaraz de Eriador que se hace llamar "Trancos". Éste se une al grupo y les ayuda a escapar de varios encuentros con los Jinetes Espectros. Con Frodo herido, logran abrirse camino hasta la Casa de Elrond, el Señor Élfico de Rivendel. En el posterior Concilio de Elrond se decide por unanimidad destruir el Anillo en el único lugar de la Tierra donde puede ser destruido : el Monte del Destino. Frodo es elegido portador del Anillo, y se forma la Compañía del Anillo. Gimli el Enano, Legolas el Elfo y Boromir el Gondoriano se unen como representantes de sus respectivos reinos, las últimas Tierras Libres; Aragorn, Gandalf y los otros tres hobbits completan la compañía. Los incontables siervos de sus dos principales enemigos -Sauron el Señor Oscuro y Saruman el Mago traidor- patrullan las tierras que deberán atravesar. Partiendo de Rivendel, la Compañía se embarca en un viaje hacia el monte de Caradhras, pero tras no lograr atravesarla deciden partir hacia la Puerta Oeste de Moria. El grupo entra, no sin dificultades, en las abandonadas estancias de Moria, cruzando las Montañas Nubladas por debajo de la tierra. Pero los Compañeros del Anillo son atacados por orcos y trolls de las cavernas, y a duras penas logran escapar. Al final, Gandalf cae en un abismo sin fondo mientras se enfrenta y derrota al terrorífico Balrog, un temible Demonio del Poder cuyo sombrío origen se remonta a los Días Antiguos de la Primera Edad. Aragorn conduce al grupo al exterior de Moria y más adelante hasta los seguros bosques del reino élfico de Lórien. Allí, la Compañía descansa y busca el consejo de la Reina Galadriel y el Rey Celeborn. Los elfos proporcionan comida y ropas a los viajeros, y les equipan con tres embarcaciones ligeras. Las barcas llevan al grupo hacia el sur por el Gran Río Anduin, hasta llegar a un punto por encima de las Cascadas del Rauros. Mientras tanto, Gollum -la criatura que encontró el Anillo único y quedó pervertida por él antes de perderlo- les sigue el rastro. Río abajo, la Compañía es emboscada por un grupo de orcos y se ve obligada a detenerse en la orilla. Allí discuten sobre el futuro de su misión. Boromir planea volver a su hogar en Minas Tirith, la capital de Gondor, para preparar la inminente guerra. Prefiere que se mantengan unidos y no desea la separación de la Compañía. Sin embargo, Frodo prefiere llevar el Anillo directamente al Monte del Destino. Hechizado por el maléfico poder del Anillo, Boromir decide intentar arrebatarle el Anillo a Frodo por la fuerza. Frodo y Sam huyen. Los demás se separan persiguiéndoles. La primera parte de la historia finaliza con la Compañía dividida en una situación bastante desesperada. Las dos torres La segunda parte de El Señor de los Anillos, 'Las Dos Torres", comienza con la Compañía separada y con Frodo y Sam huyendo en dirección a Mordor. Mientras los demás intentan seguirles, los orcos atacan y matan a un arrepentido Boromir. A continuación, una segunda banda de orcos captura a Merry y Pippin. Estos orcos son servidores de la Mano Blanca, es decir, de Saruman el Mago corrupto, compañero maia de Gandalf. Se llevan a los dos prisioneros hacia el oeste a través de Rohan, en dirección a la ciudadela de su amo (Orthanc) en Isengard. Allí espera Saruman, con la esperanza de conseguir el Anillo único para sí mismo. Su alianza secreta con Sauron de Mordor no es más que una treta. El grupo de orcos llega a las lindes del extraño Bosque de Fangorn, situado a medio camino entre el Gran Río e Isengard, antes de ser rodeados por los atentos Jinetes de Rohan. Capitaneados por su Mariscal, Éomer, los jinetes masacran a los orcos. Merry y Pippin escapan de la refriega y se refugian en los antiguos bosques. Allí conocen a Bárbol el Ent, el enorme y reservado señor del bosque. Bárbol les da refugio y escucha su tormentosa historia. El señor Ent convoca entonces a sus hermanos árboles, movilizándolos para la guerra y partiendo en dirección a Isengard. Tras haber perseguido a los orcos de Saruman, Aragorn, Legolas y Gimli se encuentran con la compañía de Éomer poco después de la escaramuza. Éste último les presta caballos y parten cabalgando en dirección a Fangorn. Pero su búsqueda es inútil; sin embargo, quedan sorprendidos gratamente por la reaparición de Gandalf. Aunque sigue vistiendo de gris, el mago adopta ahora el nombre del "jinete Blanco", y ha regresado de entre los muertos para intentar salvar su causa. Aragorn, Legolas, Gimli y Gandalf viajan hacia el sur en dirección a Edoras, la capital de Rohan. El tío de Éomer, Théoden, Rey de la Marca de los jinetes, les ofrece refugio. A su vez, Gandalf cura a Théoden, salvando al pobre anciano de los hechizos rapaces de su malvado consejero, Gríma Lengua de Serpiente. Tras haber sido descubierto como espía de Saruman, Gríma huye en dirección a Isengard. Llega justo antes de que la hueste de ents embista contra la ciudadela. Los ents arrasan todas las defensas, destruyen la muralla exterior y dispersan los escasos restos del ejército que Saruman mantenía en la ciudadela. Tanto Lengua de Serpiente como el Mago caído son sitiados en la Torre de Orthanc Mientras los ents asaltan Isengard, Aragorn, Legolas y Gimli luchan en el abismo de Helm, una importante fortaleza, donde están parapetados los habitantes de Rohan protegiéndose ante un inminente ataque del ejercito de Saruman. Gandalf y los Rohirrim llegan a tiempo para lograr una victoria decisiva. Girando hacia el norte, los rohirrim marchan a toda prisa hacia Isengard. Allí se encuentran con la ciudadela en ruinas y la hueste de Ents dispuesta en torno a la torre central. También se reúnen con Merry y Pippin. La compañía logra capturar a Saruman y recuperar el palantír (Piedra Vidente). Gandalf confía la Piedra de Orthanc a Aragorn y, acompañado por Pippin, cabalga hacia el sudeste en dirección a Minas Tirith. La guerra parece inminente. Mientras tanto, Frodo y Sam continúan su fatídico viaje para llegar al Monte del Destino. Cruzan el Anduin y atraviesan las Tierras Brunas, donde tienen un percance con Gollum logrando aparentemente domesticarlo(foto), Una vez controlada su avaricia y malicia, la criatura guía a los dos hobbits a través de las Ciénagas de los Muertos y por las desoladas llanuras de Dagorlad, El trío llega a Morannon, la Puerta Negra que comunica con Udun, el estéril valle montañoso en forma de cuenco que forma la entrada a Mordor. Como el camino está bloqueado por la reunión de los ejércitos del Señor Oscuro, Gollum propone una ruta alternativa. Convence a Frodo para atravesar el túnel subterráneo secreto que discurre paralelo al camino montañoso a través del Paso de Ellalaraña. Esta ruta, que comunica la ciudad caída de Minas Morgul con la antigua torre de vigilancia gondoriana de Cirith Ungol, actúa como una especie de puerta trasera hacia la Tierra Oscura. El grupo se desplaza hacia el sur a través de lthilien, a lo largo de la vertiente occidental de las Montañas de la Sombra. A medio camino de su destino, un grupo de exploradores gondorianos encuentra a los tres pequeños viajeros. Faramir, el hermano menor de Boromir, es el líder de la sigilosa banda. Conducen a Frodo, Sam y Gollum a través de los accidentados bosques de la zona, hasta llegar a un escondrijo situado por detrás de la cascada de Henneth Annún. Frodo le explica sus planes y Faramir les habla de la inminente guerra contra el terrible Señor de los Anillos. Les avisa que, aunque los caminos hacia Mordor están extrañamente tranquilos, la ruta que piensan seguir es tremendamente peligrosa. Durante este breve respiro, Faramir logra resistirse al poder del Anillo único y evita de esta forma la fatal tentación que se apoderó de la mente de su hermano. El noble guerrero gondoriano proporciona provisiones al trío y les deja continuar su peligroso camino. A medida que se acercan a las murallas envueltas en humo de Minas Morgul, Frodo y Sam se dan cuenta de que Faramir tenía razón: ciertamente, Gollum no les describió los horrores que deberían sufrir en el camino. Un nocivo hedor llena el húmedo y estéril valle, y el fantasmal resplandor de la enorme torre central. Todo permanece oscuro y silencioso, pero a medida que el grupo va rodeando la ciudadela, los truenos se abren paso a través del interior de la montaña y el fuego surge por encima de su pico. A continuación un rayo de la torre giratoria de Morgul, y el horrendo grito del eternamente moribundo Señor de los Espectros del Anillo resuena por todo el perímetro pétreo de la ciudad. La Guerra del anillo ha comenzado al fin. Sin embargo, los sencillos hobbits siguen avanzando, abriéndose camino hacia arriba y hacia el este a través de la neblina oscura que envuelve la entrada del Paso de Ella-laraña. Gollum guía a sus dos compatriotas a través del desfiladero secreto lleno de escaleras que rodea Minas Morgul, hasta llegar a un túnel. Una vez allí, les traiciona con la esperanza de recuperar "su tesoro", el Anillo Gobernante. Gollum abandona a los dos hobbits para a continuación saltar sobre ellos mientras el repulsivo guardián del paso, Ellalaraña, ataca a los dos viajeros. Ella-laraña clava su aguijón en Frodo antes de que Sam pueda recuperarse y saltar a rescatarlo. Sam hiere al monstruo y logra rechazarlo, pero cree que su amo ha perecido en la refriega. La segunda parte acaba con Sam que abandona de mala gana a su amo caído. Tomando el Anillo único, el desconsolado hobbit intenta completar una misión que aparentemente no tiene final. Llega a la cima del paso, cerca de la base de la torre de Cirith Ungol, antes de verse obligado a esconderse al ver llegar a un par de bandas de orcos discutiendo entre sí. Utilizando el mágico Anillo, se hace invisible y logra esquivar a los orcos, que se encuentran discutiendo el destino de un prisionero hobbit drogado e inconsciente. Sam se da cuenta de que Frodo está vivo, pero no logra evitar que los orcos lleven el cuerpo de su señor a la antigua torre de vigilancia. Sam les sigue, y golpea con tanta desesperación la puerta de metal, que cae inconsciente. El aturdido hobbit queda en el suelo, ante las murallas de la torre, a medida que la historia vuelve a interrumpirse. El retorno del Rey La tercera y última parte de El Señor de los Anillos, "El Retorno del Rey", comienza en Anórien, la provincia más septentrional de Gondor. Cabalgando sobre la heroica montura Sombragrís, Gandalf y Pippin corren a lo largo del sendero flanqueado de árboles que atraviesa la región y une Edoras con Minas Tirith al oeste. Mientras el viento va despertando a Pippin de su prolongado letargo, ambos jinetes ven cómo repentinamente empiezan a encenderse numerosas señales de luz en las colinas del sur. Las resplandecientes luces van apareciendo una por una, como si se movieran a lo largo de la vertiente septentrional de las Montañas Blancas. Gandalf se da cuenta de que los hombres de Gondor están dando la alarma. La guerra ha comenzado. La llamada se dirige a Rohan. Gandalf azuza su caballo mientras se dirige hacia el este. Poco después, el Mago y su compañero hobbit llegan a la capital de Gondor. En el momento en que entran, la ciudad se están preparando para el inminente ataque. Buscando consejo en Denethor, el senescal regente del Reino Sur, le hablan del destino de su hijo Boromir y empeñan sus vidas en la defensa del antiguo reino. Mientras tanto, Aragorn, Merry, Gimli y Legolas cabalgan hacia el sur desde Isengard junto a Théoden y la Guardia de su Casa. Tras unirse a una compañía de Montaraces Dúnedain, compatriotas de Aragorn en pie de guerra, el grupo se abre camino hasta el Abismo de Helm. Allí, Aragorn explica su plan a Éomer: cómo cabalgará por el camino hasta Edoras, y a continuación girará hacia el sur en dirección al Sagrario; finalmente, cruzará las Montañas Nubladas a través de los fabulosos Senderos de los Muertos. Aragorn explica que, tras haber mirado en la Piedra de Orthanc, está seguro de que los defensores de Minas Tirith no tienen más de diez días para recibir ayuda. Por lo tanto, reúne a la Compañía Gris -Gimli, Legolas y los Montaraces del Norte- y conduce rápidamente a sus tropas de elite a lo largo de la ruta que ha propuesto. Deteniéndose brevemente en Edoras, se reúnen con la Dama Éowyn, la hermosa y tozuda sobrina de Théoden. La Compañía Gris sigue su camino hasta el elevado valle del Sagrario, atravesando la puerta que hay bajo los picos y entrando en lo oscuros Senderos de los Muertos. Invocando al maldito Ejército de los Muertos, que dieron su nombre al túnel, Aragorn reúne a un gran ejército de fantasmas tras la tropa. Les conduce fuera de los Senderos, hasta el Valle del Morthond, y más adelante les lleva hasta la Piedra de Erech. Allí, en el lugar más solemne de todo Lamedon, hace sonar su cuerno y obliga a los fantasmales Quebrantadores del Juramento a cumplir su alianza. Convocado por el legítimo Rey de los Muertos, el Ejército de los Muertos jura seguir a Aragorn y cumplir su antigua alianza con el Señor de Gondor. De esta forma esperan acabar con su maldición. A medida que la Compañía Gris cruza el centro de Gondor, el rey Théoden acantona a los rohirrim y cabalga (con Merry a su lado) para defender a Gondor. Más al este, Gandalf y Pippin quedan atrapados por la guerra. Dos enormes huestes de batalla procedentes de Mordor, una procedente de Morannon y la otra procedente de Minas Morgul, llegan al dique que rodea los Campos del Pelennor por debajo de Minas Tirith. Están capitaneadas por el Señor de los Espectros del Anillo, el malvado Rey Brujo. El señor de Morgul hiere a Faramir con su venenoso Soplo Negro mientras este último se estaba retirando hacia las puertas de la ciudad. Aplastando las defensas con las que se encuentran, los servidores del Señor Oscuro comienzan a construir sus máquinas de guerra encima de los fértiles campos y atacan la capital de Gondor. Denethor, que se ha vuelto loco tras mirar en la piedra vidente y caer bajo la influencia de Sauron, ordena la cremación de su cuerpo y del moribundo Faramir, dejando que Gandalf organice la defensa. Cuando la puerta principal de la ciudad es derribada, es el Mago quien se enfrenta al Rey Brujo mientras éste intenta entrar en la ciudad. En este momento culminante llegan los Jinetes de Rohan, abriéndose camino a través del flanco septentrional de las hordas enemigas. El Rey Brujo centra su atención en las afueras de la ciudad y, montado en una bestia maligna, vuela hasta el punto en el que se ha producido el ataque. Se enfrenta con Théoden y le mata. A continuación es desafiado por Merry y por un caballero rohir llamado Dernhelm. El Rey Brujo se mofa de su valerosa intervención, sabiendo que "ningún hombre puede matarle". Dernhelm se revela como Eowyn, la sobrina de Théoden, y venga la muerte de su tío, aunque es herida, logra matar al Señor de Morgul. La Batalla de los Campos del Pelennor sigue librándose, y los Jinetes, que en un principio habían desequilibrado la balanza, se ven obligados a retirarse, empujados por las tropas aparentemente infinitas de Sauron. Sin embargo, cuando todo parece perdido, Aragorn y la Compañía Gris llegan con refuerzos, tropas entre las que se encuentra el Ejército de los Muertos. El pánico cunde entre los sirvientes del Señor Oscuro, que se dispersan y permiten la salvación de la ciudad de Minas Tirith. A medida que la batalla va acabando, Gandalf interviene en el prematuro funeral de Denethor y Faramir, pero sólo logra salvar a éste último. Denethor perece entre las llamas. El Libro Cinco se cierra con los ejércitos victoriosos de Gondor y Rohan marchando hacia Mordor y reuniéndose ante la Puerta Negra. Allí, tras escuchar por Boca de Sauron las condiciones que exige su malvado amo, se niegan a pactar un armisticio y se encuentran atacados por un ejército de proporciones descomunales. De nuevo, parece que el destino de los Pueblos Libres pende de un hilo. Así comienza la Batalla de Morannon. El Libro Seis es el último capítulo de esta épica narración. Comienza cuando Sam vuelve a recuperar el sentido y busca algún camino para entrar en la torre de Cirith Ungol. Al fin encuentra uno y, con la ayuda del Anillo único, pasa a través de dos Vigilantes de piedra encantados que protegen la entrada. El robusto hobbit logra rescatar a Frodo de sus captores orcos, que comienzan a luchar los unos contra los otros. Utilizando el Vial de Galadriel, Sam logra derrotar la maliciosa voluntad de los Vigilantes, y los dos medianos logran escapar de la torre. Descienden desde las alturas y se encuentran en medio de un rocoso valle con forma de canalón que corre a lo largo de las Montañas de la Sombra y dentro del cual se encuentra el camino que une a Cirith Ungol con Durthang. Sin encontrar otra cosa que rocas ennegrecidas, espinas afiladas y un resplandor sin sol, se comienzan a abrir camino lenta pero sigilosamente hacia el norte, hacia el este y finalmente hacía el sur hasta el Monte del Destino. Cruzan la llanura volcánica de Gorgoroth y escalan la vertiente septentrional de la ardiente montaña. Cuando logran encontrar un serpenteante camino de ascenso, también vuelven a encontrarse con Gollum. Sam logra alejar a la criatura, y los hobbits reanudan su ascenso. Finalmente, llegan a la entrada que conduce a la caverna de Sarmnat Naur, donde el Señor Oscuro forjó el Anillo Gobernante en las Grietas del Destino. Seguidos por Gollum, los medianos entran en el alargado túnel que les conduce hasta el núcleo volcánico del Orodrim. Cuando llegan a esa fatídica fisura, Frodo sucumbe finalmente al poder del Anillo único y se niega a separarse del maldito artefacto. Se pone el Anillo y desaparece. En ese momento, Sauron se da cuenta de lo que está ocurriendo y lanza toda su ira y voluntad contra Frodo. Envía volando a los Espectros del Anillo hacia el Monte del Destino, esperando desesperadamente que eviten su posible destrucción. Pero es demasiado tarde, porque es entonces cuando Gollum logra derribar a Sam y, trás agarrar al invisible Portador del Anillo cuando éste se encontraba en un saliente de las Grietas del Destino, la torturada criatura se precipita al vacío. Consigo se lleva el precioso Anillo Unico que perece en aquellos fuegos encantados. Con la destrucción del Anillo, el Monte del Destino comienza temblar, y todo lo que el Señor Oscuro ha creado comienza a derrumbarse y desvanecerse. La Torre Oscura cae, al igual que lo hacen todas las ciudadelas y murallas de Mordor. Las llanuras y las montañas son cubiertas de llamas, y los cielos se llenan de rayos. Cae la Lluvia Negra. Finalmente, el Maléfico pierde su forma y es enviado al Vacío. Con sus Anillos destruidos, los nazgûl se desvanecen y mueren, cuarenta siglos después de su última hora. En medio de ese apocalíptico tumulto, los demás servidores de Sauron son presos del pánico. Algunos comienzan a matarse entre si; otros escapan. El holocausto cambia el sentido de la batalla de la llanura ante Morannon, donde las rodeadas y maltrechas fuerzas de Aragorn y Éomer logran conseguir la victoria. Tras finalizar la Guerra del Anillo, Aragorn se casa con Arwen, la hija de Elrond, y es coronado Rey del Reino Reunido de Arnor y Gondor. Reina como Elessar Telcontar. Su aliado, Éomer, se convierte en rey de Rohan y entierra a su tío en Edoras. Éomer se casa con Lothíriel de Dol Amroth y renueva el Juramento de Eorl, un antiguo pacto que unía a los rohirrim con los dúnedaín del Reino Sur. Faramir y Éowyn fortalecen estos vínculos, casándose y convirtiéndose en el Señor y la Señora de Ithilien. Tras la coronación de Aragorn, Gandalf y los hobbits viajan hasta Edoras con Éomer y a continuación siguen hasta Isengard, para despedirse de Bárbol. Vuelven a la Comarca tras un breve descanso en Rivendel. Una vez en casa, los medianos descubren que Gríma Lengua de Serpiente y su amo Saruman han hecho sentir su presencia en aquellas verdes y fértiles tierras. Tremendamente debilitado y disfrazado como "Zarquino", Saruman apoya el nuevo y aterrador régimen de Lotho Sacovilla-Bolsón. Sus bribones aterrorizan la Comarca. Frodo acaba con el dominio del Mago caído en la Batalla de Delagua. Sin embargo, antes de que Saruman sea expulsado, éste culpa a Gríma de gran parte del caos y los asesinatos. Lengua de Serpiente enloquece de ira y apuñala a Saruman hasta matarlo. Las flechas de los hobbits acaban con la vida del traicionero rohir. La Comarca vuelve a estar en paz. Samsagaz se casa y Frodo sirve durante un breve periodo como Alcalde de Hobbiton. En cuanto al resto de la Compañía, Gimli y Legolas siguen siendo grandes amigos. El primero reúne a la mayoría de sus hermanos enanos y vuelve a poblar las Cavernas Resplandecientes de Aglarond, cerca del Abismo de Helm. Los enanos forjan unas nuevas puertas para Minas Tirith. Legolas se queda durante un tiempo en Ithilien, esperando al día en que pueda invitar a su querido amigo a acompañarle en su viaje hasta las Tierras Imperecederas. La historia llega a su fin un año más tarde, en 3021, justo en los últimos momentos de la Tercera Edad. Sam y Frodo parten hacia el oeste, junto con Elrond, Galadriel y numerosos acompañantes -entre los que se encuentra Bilbo- en la que será la última Cabalgata de los Guardianes del Anillo. La comitiva llega hasta los Puertos Grises, en el Golfo de Lindon. Allí esperan Gandalf y Círdan. Merry y Pippin llegan poco después, a tiempo para despedirse de Frodo, Bilbo y Gandalf antes de que atraviesen el mar. A continuación, Merry, Sam y Pippin emprenden un silencioso y melancólico camino de regreso a casa.
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